En México, esos paisanos no podían trabajar sin pertenecer a un sindicato, su salario era disminuido por cotización obligatoria, sus ascensos escalafonarios dependían de la voluntad de un líder. Si eran profesionales destacados o empresarios incluso, dependían del sindicato para trabajar o de la Cámara de industria o comercio, para permanecer. Si transitaban de noche y eran jóvenes fueron noche tras noche objeto de extorsión. Por eso es que allá producen tanto, simplemente porque respiran un aire de libertades civiles mientras no descubran que no tienen papeles.
La protesta por la Ley Arizona no es contra la ley, sino contra la actitud que la ley esconde. La Ley Arizona no hace más que hacer obligatoria en el Estado de Arizona una ley FEDERAL una ley que debe aplicar el Presidente Obama en todos los Estados Unidos.
Ese país tiene sus leyes y nosotros no tenemos ni las nuestras, pues nuestro sistema "legal" es un sistema de privilegios por cuya razón los bancos pudieron despojar de su patrimonio y su vida a millones de mexicanos, pero país en el cual unos miles de mexicanos no pueden aplicar la misma regla a los bancos al reclamar sus planes de inversión de los años 90 en que algunos invirtieron todo su patrimonio soñando ser como los banqueros. No pueden porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación se encarga de DEFENDER PRIVILEGIOS.
México los ha abandonado y cada vez más, abandona a su sangre que se fuga a otros países para vivir productivamente allá.
¿No es tiempo de defender nuestra propia sangre?
JOAQUIN ORTEGA ESQUIVEL
